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Diego Muzzio ::: Tu enemigo vendrá del lado del sol

  • Foto do escritor: davisdiniz
    davisdiniz
  • 4 de set. de 2020
  • 4 min de leitura



Spitfire

Quem quiser te derrubar,

teu inimigo,

virá do lado do sol.

Desconfia da luz,

e teme a treva.

Que teus olhos vaguem

livres no céu,

mas que teu coração seja

escuro e terrível

como um gato morto.

O mais importante

se reduz a isto:

deves predizer

a irrupção do relâmpago.

Só nesse momento verás

o que te será dado ver.

Falcões, furacões, luz lunar,

tufões ou trombetas de Jericó,

que outros usem eufemismos

para enaltecer suas máquinas;

guarda em segredo

o nome da tua.

Quando decoles não te despeças,

nem te exibas ao aterrissar.

O fogo se submete à terra;

é teu direito regressar com ele.

O que destruas no ar,

pertence ao ar.

Cervos

Deer, death is near...

Frederick Seidel

Durante o cio do outono

os jovens cervos lutam entre si

mas os velhos machos são solitários

como solitários eram os místicos,

e enquanto uns baixam das montanhas

a caminho dos bosque e vales para acasalar,

os outros se distanciam a lugares elevados.

A poesia chega às vezes com dificuldade,

muito lentamente; com a mesma lentidão

escalam os velhos cervos a montanha,

detendo-se amiúde, inclinando

seus longos pescoços sobre a terra

com tal humildade e sossego que ninguém

poderia dizer se ruminam ou rezam.

Os lugares onde dormimos

Os mortos se amontoam nos encarando

na noite dentro de outra noite oblíqua, inclinada.

Eu os escuto fuçar como toupeiras, murmurar

as últimas palavras que em vida pronunciaram,

em ordem variada. Mas se a sombra semeia seu sonho

nos lugares onde dormimos e ainda assim sonhamos,

sem eles, os mortos, velozes como nuvens

ou altíssimos incêndios

se alojarão à margem da onda:

não haverá uma forma de organizar essa arquitetura ausente,

alguma maneira de organizar as palavras?

Escuto o trem, na madrugada, quando ninguém

está desperto ainda. Vem de longe, da minha infância,

carregado de cavalos molhados e livros pardos.

Esta é tua casa; este, teu corpo.

Aqui mora teu espírito.


___

Diego Ignacio Muzzio nasceu em Buenos Aires em 1969. É narrador e poeta. Atualmente vive na França. Publicou os livros de poemas El hueso del ojo, Sheol Sheol (Primeiro Prêmio de Poesia do Fundo Nacional das Artes, Argentina, 1996), Gabatha (Primeiro Prêmio Hispano-Americano de Poesia Sor Juana Inés de La Cruz, México, 2000), Hieronymus Bosch (Segundo Prêmio de Poesia do Fundo Nacional das Artes, 2004), Tratado sobre la ejecución de animales, El sistema defensivo de los muertos e Los lugares donde dormimos. Também publicou dez livros de literatura infanto-juvenil, com títulos como La asombrosa sombra del pez limón, El hombre que compró un planeta, e três livros de narrativas para leitores adultos: Mockba (Primeira Menção Honrosa do Fundo Nacional das Artes, 2001), Las esferas invisibles, e Doscientos canguros.


____

Spitfire

Quien quiera derribarte,

tu enemigo,

vendrá del lado del sol.

Desconfía de la luz,

y teme la tiniebla.

Que tus ojos vaguen

libres en el cielo,

pero que tu corazón sea

oscuro y terrible

como un gato muerto.

Lo más importante

se reduce a esto:

debes predecir

el advenimiento del relámpago.

Solo en ese momento verás

lo que te sea dado ver.

Halcones, huracanes, luz de luna,

tifones o trompetas de Jericó,

que otros usen eufemismos

para enaltecer sus máquinas;

guarda secreto

el nombre de la tuya.

Cuando despegues no te despidas,

ni te exhibas al aterrizar.

El fuego se somete a la tierra

y es tu derecho regresar con él.

Lo que destruyas en el aire,

pertenece al aire.


Ciervos

Deer, death is near…

Frederick Seidel

Durante la brama de otoño

los jóvenes ciervos luchan entre sí

pero los viejos machos son solitarios

como solitarios eran los místicos,

y mientras unos descienden de las montañas

a los bosques y valles para aparearse,

los otros se alejan a lugares elevados.

La poesía llega a veces con dificultad,

muy lentamente; con la misma lentitud

ascienden los viejos ciervos la montaña,

deteniéndose a menudo, inclinando

sus largos cuellos hacia la tierra

con tal humildad y sosiego que nadie

podría decir si rumian o rezan.


Los lugares donde dormimos

Los muertos se amontonan a mirarnos

en la noche dentro de otra noche oblicua, inclinada.

Los oigo hurgar como topos, murmurar

las últimas palabras que en vida pronunciaron,

en distinto orden. Pero si siembra la sombra su sueño

en los lugares donde dormimos y aun así soñamos,

si ellos, los muertos, veloces como nubes

o altísimos incendios

se internaran laterales en la ola:

¿no habrá una forma de organizar esa arquitectura ausente,

alguna manera de ordenar las palabras?

Escucho el tren, en la madrugada, cuando nadie

ha despertado aún. Viene de lejos, de mi infancia,

cargado de caballos mojados y libros amarillos.

Ésta es tu casa; éste, tu cuerpo.

Aquí mora tu espíritu.

___

Diego Ignacio Muzzio nació en Buenos Aires en 1969. Es narrador y poeta. Actualmente

vive en Francia. Publicó los libros de poemas El hueso del ojo, Sheol Sheol (Primer Premio de Poesía del Fondo Nacional de las Artes en 1996), Gabatha (Primer Premio Hispanoamericano de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz en el año 2000), Hieronymus Bosch (Segundo Premio de Poesía del Fondo Nacional de las Artes en 2004), Tratado sobre la ejecución de animales, El sistema defensivo de los muertos y Los lugares donde dormimos. También ha publicado diez libros de literatura infantil y juvenil, con títulos como La asombrosa sombra del pez limón o El hombre que compró un planeta, y tres libros de narrativa para lectores adultos: Mockba (Primera Mención del Fondo Nacional de las Artes en 2001), Las esferas invisibles y Doscientos canguros.






 
 
 

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